El Tour sale hoy desde la localidad belga de Ypres y se
dirige hacia Arenberg-Porte du Hainaut, localidad situada en Francia. 155,5
kilómetros de recorrido en los que hay nueve siete tramos de pavés con una extensión
total de 15,4 13 kilómetros. El primero de esos tramos está situado a setenta
kilómetros de meta. El último a diecinueve. Todos esos tramos se recorren
habitualmente en la cita anual por excelencia de los adoquines, la
París-Roubaix, también conocida como el Infierno del Norte. Lo curioso es que
recorrerán esos tramos en el sentido contrario al que se corre en Roubaix.
Desde antes de la salida en Leeds se ha creado una gran
expectación en torno a lo que la etapa puede suponer. Para el espectador puede
ser una jornada muy vistosa con mucho movimiento, cortes y emoción. Para a los
ciclistas es un día trampa. Un día que tachar del calendario lo antes posible
puesto que puede suponer el adiós precipitado de más de un aspirante a la
victoria final debido a la peligrosidad de los sectores adoquinados. Estoy
seguro de que todos los favoritos firmarían ahora mismo llegar sanos y salvos,
juntitos y con el mismo tiempo a la meta. Esta etapa de Arenberg no es un día
para convertirse en un héroe, es un día para sobrevivir encima de la bicicleta.
Dada la peligrosidad y la importancia que puede tener la
etapa en el desarrollo de la carrera casi todos los equipos han incluido algún
especialista para los adoquines. Con especialista me refiero no a corredores
con buenos resultados en clásicas de pavés, sino a corredores con algo de
experiencia en este tipo de etapas. Toda ayuda es poca y son muchos los
ciclistas del pelotón que jamás han pedaleado sobre adoquines. Es especialmente
sangrante el caso de los corredores españoles que huyen de las piedras como si
en lugar de pedalear sobre ellas tuviesen que picarlas a pleno sol.
La etapa tendrá claramente dos peleas. Una por la victoria de
etapa y otra en la que los favoritos intentarán salir con vida de Arenberg.
De todos los especialistas presentes en este Tour solo hay
unos pocos que no tienen que trabajar para un líder, como por ejemplo: Fabian
Cancellara, favorito número uno, Peter Sagan, Arnaud Démare, Sylvain Chavanel,
Alexander Kristoff o Niki Terpstra, ganador de la París-Roubaix de este año.
Los demás especialistas deberán estar pendientes de sus líderes aunque, puede
que alguno como Vanmarcke, Van Summeren o Van Avermaet reciba luz verde para
pelear por la victoria parcial. Es muy probable que de este grupo de corredores
salga el vencedor de la etapa.
Los líderes es de suponer que no arriesguen tanto como los
especialistas y pedaleen por perder el menor tiempo posible entre ellos. El
problema de los adoquines es que, aun sin arriesgar lo más mínimo, puedes irte
al suelo y fracturarte una clavícula, algo que ya le pasó a Frank Schleck en
2010. Otra posibilidad que se plantea es que haya algún favorito con ganas de
juguesca y mueva la carrera, ya sea por iniciativa propia o estando atento y
cogiendo la rueda buena para abrir un hueco de algunos segundos con respecto a
los demás rivales para la victoria final.
Los equipos de los ciclistas que se jugarán el Tour deberían
intentar no descomponerse para, una vez pasados todos los tramos de pavés,
reagruparse y recortar, en los últimos diecinueve kilómetros de llano que hay
hasta la meta, las diferencias que se hayan podido crear. En cualquier caso, lo
importante es no sufrir caídas que puedan forzar a los ciclistas a abandonar la
carrera prematuramente. Es de esperar que si en la meta hay diferencias, estas
sean de pocos segundos. Si a algún corredor importante le cae más de un minuto
es que algo habrá hecho mal.
De todos los equipos el más fuerte quizás sea BMC con buenos
corredores experimentados como Marcus Burghardt, Daniel Oss, Michael Schär y
sobre todo Greg van Avermaet, uno de los que opta a llevarse los besos de las
azafatas en el podio. A muy poca distancia de BMC, si no a la par, se encuentra
Belkin con clasicómanos de la talla de Sep Vanmarcke, Lars Boom, Tom Leezer,
Bram Tankink y Marteen Wynants. IAM cuenta con buenos corredores como el ya
citado Chavanel, Haussler o el campeón de Suiza en ruta, Martin Elmiger. Con
estas buenas armas intentarán llevarse la victoria de etapa. Garmin con Van
Summeren, Bauer y Langeveld estará muy pendiente de su líder Andrew Talansky.
El Sky blindará a Froome con dos especialistas del pavés como son Eisel y
Geraint Thomas. Contador tendrá a su lado a Bennati, Morkov y especialmente a
Tossato. Van den Broeck recibirá el apoyo de buenos y experimentados rodadores
como Lars Bak, Marcel Sieberg o Jurgen Roelandts. De los favoritos, los que
quizás estén menos protegidos sean; Rui Costa, con un Lampre sin buenos
ciclistas sobre el pavés; Nibali apoyado únicamente por Dmitriy Gruzdev y
Andriy Grivko; y Alejandro Valverde que no tiene a su alrededor a corredores
con experiencia sobre las piedras. El único Erviti, que jamás ha cosechado
resultados realmente meritorios en este tipo de etapas. Quizás por eso mismo el
murciano se probó en marzo en la E3 Harelbeke, para aprender a desenvolverse en
este tipo de jornadas.
En pocas horas sabremos qué ha ocurrido de camino a Arenberg.
Esperemos que, pase lo que pase, sea una inolvidable jornada de ciclismo.
Escrito por:
@AbdonRV
No hay comentarios:
Publicar un comentario