miércoles, 18 de junio de 2014

Desvelando los secretos de la Bira.

En el artículo publicado la semana anterior sobre la XXVII Iurreta Emakumeen Bira, mencionaba 3 secretos por desvelar, y allá nos plantamos en Iurreta dispuestos a descubrir aquellas dudas que nos acuciaban desde hacía días:
 


1.  Las bonificaciones secretas: al final, nada de secretas y ante la disconformidad de los equipos ante esta singular iniciativa, la organización informó el día antes de la carrera del kilómetro exacto de las mencionadas bonificaciones.

2. El peluche secreto: este año el honor de ser el peluche hondeando en manos de las vencedoras le ha correspondido a una rana. El repertorio animal desplegado por la organización es algo que nos tiene realmente asombrados.

  1. Las muñequitas secretas: cada figura de madera va vestida con el maillot del color de la clasificación correspondiente, y son entregadas el último día a las ganadoras finales. Son, sencillamente, una monada y alguna corredora comentaba que la idea de ganarla la había motivado a luchar cuesta arriba cuesta abajo cada día.
Pero cuál sería mi sorpresa al descubrir que, a la vez que se desvelaban estos 3 secretos trascendentales, surgían otros igual de ocultos, igual de esquivos:

- ¿Por qué el bus de material de Liv-Shimano llegaba siempre 1 hora antes que el resto? Al tercer día encontré la respuesta: Sam, mecánico, es un madrugador prevenido que delimita su espacio como nadie: “la gran diferencia entre el ciclismo femenino y el masculino es que en el primero tenemos que luchar por nuestro sitio, en el segundo te viene delimitado por la organización”

- ¿Por qué Boels Dolmans llegaban siempre las últimas a firmar? Incógnita resuelta al cuarto día: porque siempre se instalan aparte del resto, alejadas, son un poco las “parias” del pelotón



- ¿Por qué algunas corredoras no aparecían al ser llamadas al podio? Misterio, misterio ... no reconocían sus nombres pronunciados por el speaker

- ¿Por qué las Rabogirls ondearon una ikurriña en el podio final? Tras largas y exhaustivas indagaciones, encontré la respuesta: tras cuatro jornadas de ser calificadas de “olandarras” una y otra vez en sus apariciones en el podio, pensaron desde la dirección del equipo holandés que una manera de despertar las simpatías del pueblo vasco sería ondear su bandera en un gesto público de amistad y fraternidad.

- ¿Por qué una señora vasca se abalanzó sobre Valentina Scandolara como si la conociera de toda la vida y hablándole en euskera? Este secreto ni la propia Valentina lo ha sabido desvelar, pero tras analizar los rasgos físicos de ambas y estudiar sus árboles genealógicos,  hemos descubierto que la saga de los Eskandolariak se instaló y procreó en Verona, Italia. Los genes tiran, y mucho.

-¿Por qué este año, a diferencia del anterior, nadie le ha visto los ojos a Pauline Ferrand-Prevot? Porque con tanto sol y claridad se ha paseado por los podios con ellos semi-cerrados.

-¿Por qué Belén López quedó la última clasificada en la etapa 4? Sospechábamos desde la salida en Ataun que la roteña urdía alguna estratagema oculta ... y así fue, lo consiguió: el ansiado queso fue a parar a sus manos. Qué lista que es Belén.

- ¿Por qué los finales de la Bira son desde hace años siempre en bajada? Esta gran incógnita fue resuelta gracias a una conversación espontánea: al diseñador de los recorridos le encantan los descensos y cree firmemente que se pueden establecer más diferencias que subiendo o en contrareloj ... razón no le falta, pero que se cuide porque alguna corredora ya le ha empezado a hacer vudú.

Y finalmente el misterio supremo, universal, omnipresente, torturador y tan implacable que nos seguirá esquivando hasta no se sabe cuándo: ¿por qué en cada ceremonia de entrega de premios de ciclismo o de cualquier otro deporte tiene que sonar “We are the champions”? ¿¿¿¿¿Por qué??????



Escrito por:
@Babelia1

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