La
escapada de Linda Villumsen, que a punto estuvo de llegar rompiendo todos los
pronósticos, me produce una enorme y agridulce admiración. La neozelandesa nos
tiene acostumbrados a contrarelojes y proezas en solitario espectaculares. El
año pasado, en la Route de France, atacó a casi 40 km de meta en una subida,
cogió a Evie Stevens y en la bajada se fue en solitario: ganó con casi 6
minutos al pelotón, adjudicándose también la general final. Desde entonces he
buscado vídeos de ese día, sin suerte, ya sin esperanzas. Nadie filmó aquello,
nadie quiso que un momento como aquel quedara inmortalizado como una de las
grandes gestas del ciclismo moderno.
Como
bien sabéis los amantes del ciclismo femenino, la única manera que tenemos hoy
por hoy de ¨ver¨ las carreras es por twitter. Porque aunque parezca increíble,
la experiencia trasciende lo visual y me atrevo a decir que lo supera. Lo
supera en emoción, en confusión, en esa tensa espera a que los que siguen la
carrera in situ tuiteen, envíen una foto, digan quién ataca, quién se queda, las
escapadas, los movimientos y todo ello mezclado con comentarios sabios,
hilarantes, geniales o despistados de aficionados, corredoras, directores,
mecánicos ... el cóctel es para vivirlo, te fundes en la carrera como si
estuvieras en ella y eres una con el resto de locos entusiastas del ciclismo
femenino del mundo.
Pero que este elogio al mundo tuiteril no nos quite un ápice de frustración
ante lo vivido año tras año: tanto en Flecha Valona como Flandes tenemos que
tragar el tostón inicial de la carrera masculina, la escapada que todo el mundo
sabe nunca va a llegar, el pis en las cunetas, el bidoneo, información sobre
monumentos de la zona o noticias sobre dopaje ... y todo esto estaría muy bien
si al mismo tiempo no se estuvieran disputando, en esas mismas carreteras, unas
carreras de féminas absolutamente brillantes y emocionantes.
¿Habría oído hablar Valverde de Pauline Ferrand-Prevot? Porque Pauline seguro
que sabe muchas cosas de Valverde. En el podio parecían la nueva y la vieja
savia, con perdón para el murciano al que admiro muchísimo. Él, monocolor,
oscuro, expresión de sereno soldado veterano. Ella, resplandeciente, colorista,
tímida, tan joven y bella. Perfecto paralelismo con la sección del deporte que
cada uno representa. La palabra ciclista tiene los dos géneros, pero el futuro
sobre dos ruedas es femenino, no hay vuelta atrás aunque la conquista de la
igualdad vaya a cámara lenta.
Tan lenta como que Pauline se lleva 1.128€ de un total de 8.000€ en premios
para las féminas. Alejandro16.000€ de un presupuesto de 42.750€.
Y mientras esperamos a que vayan saliendo con cuentagotas fotos, resúmenes y
contados minutos en vídeo de Flèche, soñamos con la tele en directo y ver a
nuestras Lointek, Pauline, Lizzie, Marianne, Evie, Elisa, Anna y Ane sonriendo
en Huy.
Escrito por:
@Babelia1
No hay comentarios:
Publicar un comentario